Skip to main content

MOTORES DE CAMBIO

A pesar de los avances hacia la igualdad de género en algunos países y la existencia de normas internacionales que abordan la discriminación y promueven los derechos de las mujeres, en todo el mundo las mujeres siguen sufriendo múltiples formas de discriminación, violencia, acoso sexual y restricciones a sus derechos. 

Avanzar hacia la igualdad de género es esencial para el crecimiento, la sostenibilidad y la resiliencia del sector del transporte. A medida que el transporte evoluciona y se adapta para responder a los desafíos y las prioridades que surgen, existe la oportunidad de garantizar que el transporte esté organizado de modo que cumpla con las prioridades sociales y económicas, incluida la oferta de trabajo decente y ecológico para mujeres y hombres. Sin embargo, nuestra experiencia demuestra que en momentos de crisis y transformación, si no se integran de manera proactiva la igualdad de género y el liderazgo femenino, se agudiza la exclusión sistémica de las mujeres y se arraigan aún más las perjudiciales desigualdades de género existentes.

Para progresar de forma significativa hacia la igualdad de género en el transporte se requiere liderazgo colectivo, compromiso y acción por parte de todas las partes interesadas del sector, y el liderazgo de las mujeres es clave. Las trabajadoras del transporte necesitan tener voz y estar presentes “en la mesa donde se adoptan las decisiones” en los lugares de trabajo, en las negociaciones colectivas con empleadores y Gobiernos y dentro de los sindicatos.

Es fundamental que las estrategias dirigidas a promover el empleo de las mujeres en el transporte adopten un enfoque que abarque todos los aspectos de su vida laboral —en lugar de centrarse solo en uno— e incluya medidas concretas sobre el acceso al empleo, la contratación, la retención y la progresión profesional.

En términos más generales, la posición desigual de la mujer en la economía requiere una debida diligencia que tenga en cuenta la dimensión de género y políticas públicas con un enfoque de género que aborden las causas subyacentes de la discriminación y garanticen el derecho de la mujer al trabajo remunerado, la seguridad, la dignidad y el respeto. Esto incluye, por ejemplo, leyes y negociaciones colectivas para asegurar que las trabajadoras del transporte ganen el mismo salario por el mismo trabajo, estén protegidas contra la discriminación por embarazo y tengan acceso a la protección de los ingresos, prestaciones sanitarias y bajas remuneradas por enfermedad, embarazo, cuidado y atención de los hijos y responsabilidades asistenciales.

Para ello es necesario incorporar planes de acción que tengan en cuenta la dimensión de género a los requisitos de licitación y los contratos resultantes, así como incluir cláusulas en los contratos —por ejemplo, los suscritos con las compañías operadoras y a lo largo de las cadenas de suministro del transporte— que aborden el trabajo decente y los derechos laborales y contemplen medidas de igualdad de género, como políticas contra el acoso sexual y oportunidades de ascenso y capacitación.

Entre los principales motores de cambio en el transporte que deben considerarse en el marco de las acciones dirigidas a lograr la igualdad de género cabe mencionar los siguientes:

  • Tecnología digital
  • Cambio climático
  • Financiación internacional
  • Trabajo informal 
Tecnología digital

Las nuevas tecnologías tienen el potencial de generar beneficios para las trabajadoras del transporte —por ejemplo, al abrir la puerta a nuevas oportunidades de trabajo—. Sin embargo, las mujeres se encuentran al filo de la navaja de la automatización, ya que los empleos con mayor presencia femenina, como la venta de boletos y las tareas de servicio al cliente, pueden estar particularmente en peligro. 

Las plataformas digitales de empleo pueden ofrecer trabajo flexible en el sector del transporte que resulte atractivo para las mujeres. Sin embargo, no están exentas de problemas, como la desigualdad de acceso a la propiedad de los vehículos y a la tecnología o las dificultades para garantizar que los empleos sean decentes, especialmente la cuestión de la catalogación de estos empleos.

El uso de algoritmos, que a menudo se aplican sin tener en cuenta la diversidad humana, puede alimentar la discriminación. 

Hay una gran cantidad de ideas, conceptos y enfoques nuevos que están desarrollándose en las ciudades y en el ámbito del transporte para adaptarse a las nuevas realidades y mejorar los servicios, la sostenibilidad y la seguridad. 

A menudo se pasa por alto lo referente al género en los debates sobre la tecnología, lo que puede dar lugar a un deterioro de las condiciones laborales o a un aumento de las desigualdades existentes. 

Los sindicatos deben ser incorporados como partes interesadas clave a las consultas relativas a todos los nuevos avances tecnológicos en el transporte desde las primeras fases del debate, para garantizar que las nuevas tecnologías beneficien a las trabajadoras del sector y a nuestras comunidades y para promover la igualdad de género. 

MÁS INFORMACIÓN 

Cambio climático

No podemos mirar para otro lado ante la emergencia climática. Sin embargo, el cambio climático no es neutro desde el punto de vista del género. Se ha constatado que las mujeres están más expuestas a la explotación como consecuencia del cambio climático debido a sus diferentes roles sociales y a la desigualdad en el acceso a los recursos, las instancias decisorias y la tecnología. Las medidas políticas contra el cambio climático también afectan de forma diferente a hombres y mujeres. 

El futuro no podrá ser sostenible si no se basa en la igualdad de género. 

Lograr una transición justa con igualdad de género debe ser una prioridad en la respuesta del sector del transporte a la crisis climática, y las trabajadoras deben estar plenamente representadas en los puestos de liderazgo que participan en los debates y las negociaciones en materia de transporte sostenible. 

MÁS INFORMACIÓN

FINANCIACIÓN INTERNACIONAL

Las finanzas mundiales contribuyen notablemente a la naturaleza cambiante de la industria del transporte y los derechos de los trabajadores y las trabajadoras. Las instituciones financieras internacionales (IFI) financian múltiples proyectos de desarrollo del transporte en todo el mundo, asesoran a los Gobiernos sobre la política de transporte y conceden préstamos a las empresas de transporte. Por lo tanto, repercuten en la vida de millones de trabajadores y trabajadoras del transporte a nivel mundial.

Las trabajadoras del transporte podrían beneficiarse enormemente del desarrollo de nuevos sistemas de transporte o la modificación de los existentes gracias a las inversiones de autoridades públicas, IFI o inversores privados.

En la actualidad, los derechos de las mujeres y la igualdad de género no están bien protegidos en la mayoría de los marcos de salvaguardia de las IFI. Aunque distan mucho de ser perfectos, estos marcos pueden servir de instrumento esencial para hacer valer los derechos de las mujeres y mejorar las normas laborales. 

Estas son nuestras prioridades a la hora de interactuar con las IFI: 

  • Fortalecimiento del empleo de mujeres y fin de la exclusión sistémica de las mujeres del transporte
  • Promoción del trabajo decente
  • Eliminación de la violencia contra las trabajadoras del transporte
  • Inclusión de las mujeres en los procesos decisorios y los equipos de negociación
  • Reconocimiento de los sindicatos como partes interesadas
  • Facilitación de una transición justa y una formalización encabezada por los trabajadores y las trabajadoras
  • Fortalecimiento de las salvaguardias de las IFI, en especial en lo que atañe al trabajo y el género 

 
MÁS INFORMACIÓN

Trabajo informal en el transporte

Las transformaciones a las que está sometido el mundo laboral, incluido el aumento del empleo precario e informal, están teniendo repercusiones para el empoderamiento económico de las mujeres y el pleno ejercicio de sus derechos. 

En muchas zonas del mundo, el transporte se desarrolla principalmente en el marco de la economía informal. Quienes trabajan en el transporte informal suelen tener empleos precarios, salarios bajos, horarios de trabajo prolongados, mayor riesgo de violencia y acoso, y escasas oportunidades de capacitación y acceso al trabajo formal. Las mujeres ocupan los puestos más precarios dentro del transporte informal.

Deben reforzarse las protecciones para las mujeres que trabajan en puestos informales y precarios, como las protecciones salariales, los subsidios por desempleo, las prestaciones sanitarias y las licencias (por ejemplo, por enfermedad, embarazo o responsabilidades asistenciales). 

Con la introducción de nuevos sistemas de transporte, es esencial garantizar a los trabajadores y las trabajadoras informales una transición justa hacia un futuro laboral digno.

Las evaluaciones del impacto laboral, con datos desglosados por género, son una herramienta clave para visibilizar el trabajo y las experiencias de las mujeres a la hora de considerar la transición del transporte informal al formal.   

MÁS INFORMACIÓN