Protección de la industria más peligrosa del mundo
La industria pesquera es una de las más peligrosas del mundo, junto con el tráfico de seres humanos, la piratería, la explotación infantil, la esclavitud moderna e incluso los asesinatos, por lo que una normativa eficaz es de suma importancia.
Se amplía la normativa gracias a la OIT y al Convenio 188
La ITF y la Organización Internacional del Trabajo (OIT) trabajan en colaboración para abordar la grave situación que viven los pescadores de todo el mundo.
Como consecuencia de los esfuerzos realizados, se creó el Convenio 188, que reconoce por primera vez la importancia de los contratos de trabajo, del horario laboral, de los periodos de descanso y de unos principios seguros en la industria pesquera.
Gracias al Convenio 188, los sindicatos afiliados cuentan con una serie de principios que les ayudan en su lucha para proteger a los pescadores. El Convenio ha establecido unos principios concretos que son el punto de partida de una regulación más exhaustiva en esta industria.
Sin el Convenio 188, no serían pocos los pescadores que permanecerían invisibles, vulnerables y expuestos a una continúa explotación.
Lucha para poner fin a los abusos que sufren los pescadores
Es muy común que los pescadores trabajen demasiado, que no se les pague, que sufran abusos físicos y sexuales, y con frecuencia son abandonados en países extranjeros sin ningún tipo de ayuda.
Estos abusos están muy extendidos a nivel mundial – abarcan desde España a Indonesia, o desde Sudáfrica a Nueva Zelanda. Todas y cada una de las naciones pesqueras participan en estos maltratos y son culpables de su comportamiento. Es la ausencia de una normativa adecuada y unificada lo que provoca lagunas en la industria pesquera.
A menudo ocurre que buques matriculados en un país concreto faenan en aguas que no están bajo su jurisdicción, y son tripulados por pescadores migrantes que trabajan rayando el límite de la legalidad. Estos buques pueden de hecho faenar fuera de la jurisdicción de cualquier autoridad, dejando a sus trabajadores a merced de empresas despiadadas y con afán de lucro.
Junto con las organizaciones afiliadas, la ITF se ocupa de esta situación trabajando incansablemente. A nivel de base, nuestras afiliadas supervisan y ayudan a los pescadores que sufren maltratos; se ocupan de negociar para conseguir atención sanitaria, el pago de salarios no percibidos y repatriación.
El trabajo sindical nos ayuda a reunir estudios realizados en esta materia y presentarlos en foros nacionales e internacionales para poder abordar los fallos normativos que permiten que ocurran estos abusos.
Acabemos con el dumping social
El dumping social es la consecuencia de que las compañías eludan la normativa de salarios mínimos que fija un país mediante la contratación de trabajadores/as de otro país, a los que pagan salarios inferiores a los que marca la normativa.
Los/as trabajadores/as del país receptor sufren la pérdida de puestos de trabajo, y son los/as trabajadores/as migrantes los que consiguen esos trabajos, pero no se les paga lo mismo, y con frecuencia salen perdiendo en materia de condiciones laborales decentes.
Las organizaciones afiliadas a la ITF continúan presionando a los gobiernos y a las autoridades marítimas para poner fin a estos abusos de los/as trabajadores/as.
Tráfico de seres humanos en el sector pesquero
Es a causa de la falta de control de la normativa correspondiente por lo que la pobreza y degradación de los trabajadores de la industria pesquera es cada vez mayor, evidencia de lo cual encontramos en casos de tráfico de seres humanos que las afiliadas a la ITF han presenciado en diferentes partes del mundo.
Se dan casos de hombres y mujeres jóvenes a los que se promete puestos de trabajo en fábricas de diferentes lugares del país, y que se encuentran más tarde atrapados en formas violentas y abusivas de esclavitud. Son llevados a barcos en los que son forzados a trabajar demasiado, son drogados, golpeados, privados de comida y, en algunos casos, asesinados.
La ITF ha contribuido a las investigaciones realizadas proporcionando evidencia de maltratos reales. También ha participado en la labor que organizaciones internacionales llevan a cabo para afrontar el tráfico de seres humanos, como la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) e Interpol.
Piratería y robo a mano armada
En el mar se dan casos de piratería y de robos a mano armada, pero las tripulaciones no gozan de mucha protección mientras sufren esas duras experiencias o una vez han finalizado.
La piratería lleva implícita violencia, tortura, inanición y mutilación. Tras sufrir esas traumáticas experiencias, las víctimas necesitan de ayuda psicológica, que deben ofrecer los estados de abanderamiento y los propietarios de las embarcaciones, tal y como dicta la Organización Marítima Internacional (OMI).
No obstante, ya que los estados de abanderamiento y los propietarios de las embarcaciones con frecuencia eluden su responsabilidad de diligencia, la ITF y sus afiliadas también supervisan y presionan a los gobiernos y propietarios de embarcaciones para que ayuden a las víctimas.
Explotación infantil
No resulta extraño en absoluto que haya muchos niños que acaben en pesquerías. Quizás estén ahí para ayudar a sus familias o, en el peor de los casos, como víctimas de tráfico infantil.
La ITF se esfuerza por acabar con tales prácticas en el marco internacional, y lo hace con la colaboración de organizaciones como la OIT y la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).
Hemos realizado diversas labores en este campo, como participar activamente en las actividades conjuntas de la OIT /FAO para afrontar la explotación infantil en el sector pesquero y en la acuicultura.
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