La declaración ministerial invita a la OCDE a seguir desarrollando su labor sobre la economía digital, apoyándose en sus estrategias sobre competencias y empleo. Declara su voluntad de “impulsar las posibilidades que ofrece la economía digital para el empleo… mediante la adaptación de políticas y programas laborales que permitan favorecer los empleos de calidad y la protección social, en concreto en el marco de las nuevas modalidades de empleo facilitadas por las tecnologías digitales, y la continuación de la labor para abordar la destrucción de empleos y disminuir los costes sociales anexos, en concreto para los colectivos vulnerables”.
Durante la Reunión Ministerial de la OCDE y el Foro de la Comisión Sindical Consultiva ante la OCDE (TUAC) sobre “Innovación sostenible e inclusiva: empleos de calidad y competencias en la economía digital”, la ITF y sus sindicatos miembros afirmaron su apoyo a los avances tecnológicos en el sector del transporte que benefician a los trabajadores, pero advirtieron los peligros que plantean las innovaciones digitales que pretenden perjudicar los derechos individuales y colectivos de los trabajadores y trabajadoras.
Bhairavi Desai, director ejecutivo del sindicato neoyorquino de taxistas afiliado a la ITF, New York Taxi Workers Alliance, indicó: “El modelo de empresa financiado por Wall Street e inspirado en el modelo de negocio de Uber — “la Uber-economía” — se apoya en la destrucción de los profesionales a tiempo completo y su sustitución por mano de obra temporaria no asalariada y que cobra por debajo del salario mínimo. Esto lo consigue categorizando a los empleados como empresarios independientes, y privándolos, por definición, de las protecciones laborales más básicas.
“Los gobiernos que tienen la intención de crear empleos no deberían ofrecer favores políticos a compañías digitales como Uber, que niega la condición de asalariados a quienes trabajan para ella. Si quieren saber por qué es importante esta condición, pregunten a un contratista independiente”.
El asesor jurídico de la ITF, Ruwan Subasinghe, expuso el caso de los prisioneros chinos obligados a jugar online para ganar dinero para las instituciones penitenciarias, un ejemplo de cómo la economía digital no escapa a los abusos de los derechos fundamentales de los trabajadores. Criticó las inversiones de riesgo en compañías como Uber y Didi Chuxing, que deliberadamente pierden millones de dólares para aumentar la cuota de mercado y niegan a los conductores su derecho a la negociación colectiva descategorizándoles. Argumentó que la posición dominante de Uber en el mercado debe ser interpretada desde la perspectiva de las leyes de competencia.
Consultar el informe de la TUAC.