El activista indonesio Suria, en conversación reciente con la ITF en Yakarta, explica con sus propias palabras las razones por las que el Proyecto de Ley Ómnibus para la creación de empleo es un mal asunto para los trabajadores y las trabajadoras indonesios.
“El 5 de octubre, el Gobierno indonesio inició el proceso de ratificación de una controvertida ley conocida como Proyecto de Ley Ómnibus para la creación de empleo. Se trata de un proyecto de ley perjudicial en muchos sentidos, en especial para el medio ambiente, los pueblos indígenas y los trabajadores y trabajadoras. Sirve a los intereses de un puñado de grandes empresas y oligarcas, no al pueblo indonesio.
Entre otras cosas, el proyecto de ley reduce el salario mínimo, permite a las empresas utilizar más trabajadores temporales y disminuye las indemnizaciones a las que tienen derecho los trabajadores y trabajadoras despedidos. Además, los trabajadores corren el riesgo de perder su seguro médico entre otras prestaciones.
En lugar de centrarse en cómo superar la pandemia de COVID-19, que ha llevado al paro a millones de indonesios, el Gobierno opta por aprobar una ley que dificultará mucho la vida de los trabajadores de a pie.
En toda Indonesia, se han convocado huelgas y protestas masivas para reclamar al Gobierno la retirada del proyecto de ley. Quienes participan en estas protestas son indonesios de clase obrera, activistas medioambientales y comunidades indígenas, ya afectados por la liberalización de la minería y expulsados de sus tierras.
La falta de transparencia que caracterizó la formulación del Proyecto de Ley Ómnibus contraviene el principio de apertura que exige la legislación indonesia. La opinión pública no puede tener acceso fácilmente al texto del proyecto de ley, a pesar de que el Gobierno afirma que lo ha difundido ampliamente, y circulan versiones falsas en línea.
Además, el proyecto de ley fue aprobado sin que se realizara ninguna consulta real con los sindicatos o los trabajadores. Indonesia es un paraíso para la explotación de recursos naturales, como el níquel, el carbón, el gas natural y el aceite de palma. El proyecto de ley beneficia a empresas inversionistas extranjeras que hacen caso omiso del medio ambiente y de los pueblos indígenas. No hacen nada en beneficio de la población local o para establecer medios de vida sostenibles, simplemente lo destruyen todo. La minería de oro en Papúa, por ejemplo, se viene llevando a cabo desde la década de los setenta y no ha beneficiado directamente al pueblo de Papúa. No ha mejorado su educación y, en cambio, ha destruido su medio ambiente. Donde antes tenían una montaña de oro, a los lugareños solo les queda hoy un profundo agujero en el suelo.
Durante los tres días de huelga nacional convocada a principios de este mes, se produjeron enfrentamientos entre la policía y los manifestantes. La policía usó gases lacrimógenos y cañones de agua para disolver las protestas. Detuvieron a miles de manifestantes, algunos de los cuales se encuentran en estado crítico en el hospital. Las imágenes muestran a la policía lanzando gases lacrimógenos directamente contra la multitud y disparándoles con munición activa y pelotas de goma. Pude ver con mis propios ojos como herían a muchos manifestantes, igual que sucedió en las protestas de Black Lives Matter en los EE. UU. Espero que nuestras protestas duren tanto tiempo como esas.
La policía fue a por algunos manifestantes a sus domicilios particulares o a las oficinas del sindicato, debido a su actividad en los medios sociales. Esto es algo increíble en nuestra era democrática. En 1998, hicimos una gran revolución y pensamos que habíamos acabado con la era represiva en Indonesia, pero la represión está volviendo una vez más. Volvemos a los duros años en los que el presidente recurría a la violencia y a la policía para asustar a los manifestantes y disuadir el libre pensamiento. Está afectando a nuestra salud mental; todos estamos borrando información de nuestros teléfonos.
Nuestra rabia aumenta cada día. Mientras tanto, hemos llevado este proyecto de ley ante el Tribunal Constitucional. También estamos propugnando la desobediencia civil para presionar al presidente a revocar la ley.
Esta semana hay convocadas más huelgas importantes, que coincidirán con el primer aniversario del Gobierno de Widodo. Los activistas y los sindicatos seguirán haciendo campaña y movilizándose contra esta ley. El Consejo Global Unions, la ITF y otros sindicatos enviaron una carta al presidente Joko Widodo instándole a revocar la ley, como hicieron también muchas organizaciones de derechos humanos. Lanzamos un llamamiento a todos y a todas, para que se unan a las huelgas nacionales. Contamos con el apoyo de los sindicatos mundiales a nuestra lucha por la protección de los derechos de los trabajadores y trabajadoras de Indonesia, del medio ambiente y sus familias”.