En el marco de un conflicto que dio comienzo en octubre, los conductores/as protestaron contra las nuevas políticas introducidas por el operador RATP, de propiedad estatal, que afectan negativamente tanto los servicios de transporte público como los derechos de los trabajadores/as. Según CGT-Transport, las organizaciones sindicales realizaron una amplia consulta antes de decidir si seguir adelante con la huelga, desafiando la enorme presión ejercida por la dirección.
Numerosos trabajadores y trabajadoras del transporte público ayudaron a la gente que se vio sorprendida en los ataques del 13 de noviembre. Ayudaron con la evacuación de 80.000 espectadores del Stade de France, los taxistas llevaron a gente a casa sin cobrar cuando el transporte público se paralizó y sindicatos como CGT-Transport animaron a sus miembros a donar sangre.
El secretario de transporte interior de la ITF, Mac Urata, manifestó: “El ejemplo de los conductores y conductoras de los autobuses parisinos es un importante recordatorio de que los sindicatos deben continuar luchando en todo momento para defender los derechos de los trabajadores/as, incluso en momentos de adversidad. Demostraron cómo los trabajadores y trabajadoras del transporte público pueden ayudar en la oleada de terrorismo y de desastres naturales en momentos de máxima urgencia”.
En una declaración de CGT, se explicaba que la razón de las movilizaciones era el empeoramiento de las condiciones de trabajo por falta de personal (faltan 1.300 puestos de trabajo), el congelamiento salarial y la eliminación de prestaciones sociales. El comunicado también decía que el gobierno local y la dirección de RATP tienen que entender que los servicios públicos son un bien común esencial y un recurso para la sociedad – no simplemente un gasto.
La ITF ha lanzado un comunicado sobre los ataques ocurridos en Beirut y París. Aquí se puede acceder al comunicado público de CGT-RATP sobre la violencia ocurrida en París.
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26 Nov 2015
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