Los y las tripulantes de cabina de Bélgica, Alemania, Italia, Países Bajos, Portugal y España convocan hoy una huelga simultánea, que la convierten en la huelga más extensa organizada hasta la fecha en Ryanair. La movilización es la respuesta a la persistente falta de mejoras en los salarios y las condiciones laborales de la mayoría de los empleados y las empleadas de la aerolínea.
Todo trabajador y trabajadora tiene el derecho fundamental a dejar de trabajar como medida de protesta. Sin embargo, la ITF y la ETF están recibiendo una vez más informes de intentos de obstruir la huelga por parte de la empresa como, por ejemplo, presiones para que los tripulantes no se declaren en huelga y presiones a las tripulaciones que vuelan desde otros países.
Estas tácticas constituyen una violación del derecho fundamental a la huelga, así como de las normas internacionales sobre libertad de asociación. La ITF y la ETF ya advirtieron a Ryanair sobre estas violaciones sistemáticas, repetidas e inaceptables.
A principios de esta semana la compañía presentó una queja formal ante la Comisión Europea, alegando que los sindicatos y las aerolíneas rivales están conspirando para dañar su negocio. Estas afirmaciones son absurdas y un claro intento de distraer la atención de los problemas reales.
En su reclamación, Ryanair se opone a la presencia de representantes sindicales empleados por otras compañías aéreas que negocian en nombre de su personal. Que esto lo plantee como un problema demuestra una vez más la inexperiencia de Ryanair en las relaciones laborales.
Ryanair debe dejar de violar los derechos fundamentales de los trabajadores y las trabajadoras y dejar de perder el tiempo intentando difamar a los sindicatos y a las aerolíneas de la competencia. Debería, en cambio, centrarse en negociar de buena fe con los sindicatos y en lograr una mejora inmediata de los salarios y las condiciones de trabajo que a su fuerza laboral le corresponde. Su personal y sus viajeros merecen un trato equitativo.
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