La Federación Internacional de los Trabajadores del Transporte (ITF), que representa a 18 millones de trabajadores y trabajadoras del transporte en todo el mundo, expresa serias dudas sobre la idoneidad de Alsa para explotar los servicios de transporte público en Marruecos, después de que la empresa no se presentara a una reunión crítica con el gobernador de Tánger.
El gobernador, Mohamed Mhidia, se había ofrecido para mediar en el conflicto surgido a raíz de la campaña concertada iniciada por Alsa de persecución contra los activistas del sindicato UMT, afiliado a la ITF, en Tánger —que incluyó el despido del secretario general de la oficina de la UMT de Alsa en Tánger, Jamal Al Sharfi, y la intimidación y sobornos a otros trabajadores para que abandonaran el sindicato—.
Alsa inició esta campaña represiva cuando sus trabajadores de Tánger ejercieron su derecho, en virtud de la legislación internacional y marroquí, a formar un sindicato independiente que les represente.
El secretario de la Sección de Transporte Interior de la ITF, Noel Coard, afirma: "Alsa en Tánger forma parte del grupo internacional National Express y necesita aprender mucho del resto de la compañía: las empresas de National Express mantienen buenas relaciones sindicales en el Reino Unido, EE. UU. y España. Eso mismo tiene que hacer en Marruecos y respetar la voluntad de sus trabajadores y trabajadoras.
"Alsa se está expandiendo por Marruecos y está pujando para obtener un importante contrato en Casablanca, pero, hasta que no demuestre que puede colaborar con los sindicatos, no creemos que sea una empresa adecuada para operar servicios de autobuses en Marruecos.
"Instamos a la dirección de Alsa en Marruecos a poner fin a sus tácticas antisindicales, entablar un diálogo con el sindicato representante de sus trabajadores y readmitir a Jamal Al Sharfi".
Oficina sindical en Tánger para Alsa-National Express
