La misión tuvo lugar entre el 15 y el 16 de diciembre. La componían representantes de la CSI, la ITF, la ETF y del sindicato británico RMT, miembro afiliado de la ITF y de la ETF. Luego de visitar varios campos de refugiados, se entrevistaron con las autoridades municipales que coordinan el apoyo local, establecen los campamentos y acogen a los refugiados en su comunidad. Su visita a las regiones de Diyarbakır y Şanlıurfa fue organizada por los sindicatos BTS y TUMTIS, afiliados de la ITF y la ETF, con el apoyo de las confederaciones sindicales turcas DISK y KESK.
La misión visitó los campos de refugiados de Fidanlık y Viranşehir, donde cientos de yazidis se han refugiado huyendo de Sengal, en el norte de Irak. En Suruc, 70 000 refugiados de Kobani (Siria) están acomodados en las casas de los aldeanos y en media docena de campamentos.
Los sindicalistas comprobaron que la ayuda internacional gestionada por el gobierno turco no llega a los refugiados kurdos igual que a los refugiados sirios: los municipios de la región kurda colindante con la frontera lamentan que no reciben recursos económicos del gobierno central. Todos los suministros que reciben — como tiendas, ropa, alimentos, agua y electricidad— les han sido suministrados por las comunidades locales y los sindicatos turcos les han ofrecido, entre otras, asistencia médica y educativa.
Con la inminente llegada del invierno, los refugiados necesitan urgentemente tiendas impermeables, calefacción, agua caliente, mantas y ropa de abrigo. Las autoridades locales carecen de los recursos necesarios y la misión se comprometió a intentar recaudar fondos entre sus sindicatos afiliados y a llamar a la solidaridad de todas las organizaciones sindicales internacionales.
El secretario de la Sección de Transporte Interior de la ITF, Mac Urata, afirma: “Es descorazonador escuchar los testimonios de los refugiados sobre los horrores provocados por el ser humano en Irak y Siria — por ejemplo, las mujeres violadas y esclavizadas por el EI —. Pero es esperanzador ser testigo de la compasión y de la ayuda práctica ofrecida a los refugiados por las autoridades, comunidades y sindicatos locales.
“Incluso la donación más modesta de un sindicato, de cualquier país del mundo, lleva a los refugiados esperanza y reconocimiento. No se trata de caridad sino de solidaridad. Además, es una extensión de la solidaridad que ofrecemos a los sindicalistas kurdos de Turquía que son arrojados a las cárceles acusados de ‘terroristas’.”
La delegación sindical emitió un llamado al gobierno turco en una rueda de prensa celebrada cerca de Kobani, la ciudad siria recientemente atacada por tropas del EI. La misión presionará con su informe a las instituciones internacionales para que reclamen al gobierno turco más transparencia y una distribución más equitativa de las ayudas que recibe.
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